Hola, perdón por la tardanza a las chicas que estén leyendo este minific. Espero y les guste el capitulo de hoy.
CAPITULO
3
Estábamos en la sala de
nuestra casa, mamá estaba preparando la comida. Ayer ni cuenta se dio de que
Tom y yo habíamos salido, y es que ella es gerente en una tienda departamental,
y por lo regular siempre está trabajando, solo que hoy fue su día de descanso y
ella aprovecha para consentirnos preparándonos la comida que nos gusta.
Tom y yo estamos viendo la
tele ahora mismo, por obvias razones uno sentado a cada extremo del sillón ya
que mamá todavía no sabe nuestra relación y nosotros todavía no sabemos cómo
decírselo, solo esperamos que no se enoje, o algo peor, que no trate de
separarnos.
—Chicos,
la comida ya está lista. —gritó
mi madre desde la cocina.
—Vale
mamá, ya vamos. —Le
contestó Tom. —Vamos Billy,
muero de hambre.
—Sí,
es de esperarse, eres un tragón de primera —le dije entre risas, él se hizo el enojado —awwwww ¿Tommy está enojado?
—…
—no contestó.
—Vale,
entonces tengo que contentarte —le
dije acercándome provocadoramente hacia él y abrazándolo a mí.
—Esa
es una buena idea. —me dijo
rodeándome de la cintura y pegando sus labios a los míos.
—Sí,
pero será luego porque ahora mismo mamá está a menos de veinte metros de
distancia.
—Ella
sabrá entenderlo.
—Chicos
¿ya pusieron la mesa? —habló
nuestra madre sacando la cabeza por la puerta de la cocina y volteando hacia
donde estábamos nosotros, a lo que Tom y yo nos separamos de inmediato, suerte
que mamá necesita lentes para poder ver a lo lejos.
—Cla,
claro mamá, ahora la ponemos— Dios
¿y ahora mismo tenía que tartamudear?
Tom me miró divertido, la
verdad es que no se que le causaba gracia.
—¡Ya
vamos ma! —terminó
diciéndole Tom, mamá solo asintió con la cabeza. —¿Nervioso? —se empezó a reír.
—¡Por
dios Tom, mamá casi nos ve y tú te ríes! —dije empezando a caminar hacia la mesa y le di a Tom los platos,
las cucharas, yo agarré las servilletas y los vasos.
—Pero
no nos vio, y si nos hubiera visto ¿qué? solo se lo explicábamos y ya. —me dijo poniendo los platos y
cucharas acomodados en nuestros respectivos lugares.
—No
es tan fácil, ¿acaso crees que mamá nos aplaudirá por lo que hemos hecho? —dije mientras acomodaba mi
parte. Él no contestó. Mamá entró con una sartén al área del comedor.
—Bien,
espero y tengan hambre, les hice su platillo favorito.
—¡Gracias
mamá! —le dije sonriendo.
—De
nada Billy –—me sonrió —¿Y tu Tom? ¿no hay un gracias
mami para mí? —dijo mi mamá
fingiendo tristeza, ahora sé a quién le saqué lo manipulador que soy.
—¡Gracias
Ma! —dijo Tom divertido.
—Bueno,
empecemos a comer entonces.
Empezamos a comer, mamá nos
preguntaba acerca de la escuela y cosas por el estilo, Tom no dejaba de verme y
a mí me ponía muy nervioso, mamá de seguro también lo había notado y no sabía
que pensar al respecto.
—Esta
noche voy a salir niños.
—¿Por
qué? ¿a dónde vas? —pregunté.
—Un
compañero de trabajo me invito a cenar esta noche, y pues yo le dije que
aceptaba su invitación. ¿Qué les parece?
—Wow
mamá, esta genial, mereces tener a alguien especial y que te quiera mucho. —le dije sonriéndole, y es que en
verdad me encantaba la idea de que las cosas salieran bien y mamá ya tuviera un
compañero con ella, me dolía mucho verla ir a dormir sola y triste, porque
estaba triste aunque a nosotros no nos lo quisiera decir.
—Si mamá es genial, espero y las cosas salgan bien
con… ummm ¿cómo se llama? —preguntó
Tom.
—Gordon
—le contestó ella
emocionada.
—Sí,
Gordon… espero y las cosas salgan bien. —concluyó Tom.
—¿Y
a qué hora pasa por ti?
—A
las siete de la noche.
—Entonces
ve a arreglarte mamá, te tienes que ver como la reina que eres.
—Vale,
¿ustedes recogen la mesa y lavan los trastes?
—Sí
mami, Tom y yo hacemos eso. —Tom
me miró con el ceño fruncido, y es que el odiaba lavar los trastes.
—Los
lava Bill —replico él.
—Mejor
no empieces si no quieres que te valla muy mal. —contesté mirándolo retadoramente. —Sabes a lo que me refiero… —y le sonreí maliciosamente,
amaba tener el poder sobre él en ocasiones de este tipo.
—Vale,
nosotros los lavamos ma, no te preocupes.
Mamá se fue a arreglar y
nosotros nos pusimos a recoger y lavar los trastes. Tommy y yo jugábamos
mientras lo hacíamos, llenándonos de espuma y eso, al final tuvimos que limpiar
el piso ya que lo habíamos mojado todo y mamá nos regañaría. Llegó la hora en
que mamá tendría la cita y Gordon vino por ella, se despidieron de nosotros y
al fin la casa era para solo nosotros dos.
—Al
fin solos —dijo Tom
abrazándome y atrayéndome hacia él. Yo busqué sus labios y los besé.
—Al
fin solos… —repetí. —¿Qué quieres hacer?
—No
sé, tú dime qué hacer. —susurró mientras
besaba mi cuello. Yo solo disfrutaba y apretaba las mangas de su chamarra. Me
volvía loco que hiciera eso.
By Tom
Rodeó mi cuello con sus brazos y yo le tomé de la cintura, nos
seguimos besando desenfrenadamente mientras subíamos la escaleras y llegábamos
a su cuarto empujándolo poco a poco hasta chocar contra su cama. Le
tire ahí y seguí besándole.
—Eres hermoso… —inquirí, dejando de besarle y apartando
cuidadosamente unos cuantos mechones de pelo que se hallaban sobre su perfecto
rostro.
—Tú también lo eres… —musitó acariciando mi mejilla y algo se
removió dentro mío. Esto es solo amor, amor puro.
POV:
Frotó su mano contra
la piel libre del menor y gimió en la boca de Bill. Era muy caliente y suave...
buscó sus nalgas y al tocarlas, las apretó haciendo a Bill, separarse para
arquear su espalda por el placer que subió por su columna vertebral como una
descarga eléctrica. Se volvió a acercar con sus manos abriendo la camisa de
Tom, y jadeando en su oído.
Pronto Tom estuvo
desnudo de la cintura para arriba. Cuando Bill volvió a estampar sus labios con
los suyos, subió sus manos pasando por la espalda de Bill y lo apretó en un
fuerte “abrazo”... nada cariñoso, sólo quería restregarse contra Bill y sacarle
más deliciosos gemidos que no esperó mucho por recibir.
El miembro de Bill se
estaba endureciendo al sentir la forma que Tom le quitaba la respiración. El
mayor ocultó su rostro en la curva del cuello con el hombro del menor y abrió
la boca para cerrarla sobre la piel caliente del cuello de Bill. Estuvo a punto
de gritar, le había mordido. Ya sentía la necesidad de estar sobre Tom y
montarlo como un jinete a su caballo.
Siguió disfrutando de
los besos y mordidas húmedos en su cuello mientras que silenciosamente bajaba
su mano a la entrepierna de Tom, sólo para asegurarse que estaba muy dura y
caliente... y así era. Sonrió mientras suspiraba de placer... Buscó la boca de
Tom -quien aún acariciaba los muslos de Bill- y le susurró al oído.
—Te amo Tommy. Ahora hazme tuyo, hazme todo.
La lengua de Tom
lamió la parte de sus muslos cerca de su entrepierna y Bill gritó mordiéndose
los labios aferrándose a las sábanas fuertemente.
Tom acarició por
encima de los bóxers de Bill, su pene, se sentía grande y reclamando atención,
abrió en toda su extensión las piernas de Bill y éste se sonrojo, le quitó los
bóxers dejando al aire su sexo y le regaló una caricia.
—Tommy… —Bill cerró los ojos.
—U-uh... — se dedicó a regalarle gemidos para los
oídos de Tom mientras le acariciaba.
—Me gusta. — vio a Tom subiendo hasta enfrentar sus
rostros que reflejaban deseo.
Bill cerró sus piernas alrededor de la cintura de
Tom y sonrió, mostrando su piercing. Tom captó la indirecta y unió sus labios,
dejando caer algo de saliva por una esquina debido al morreo intenso. Con algo
de dificultad logró bajarle los pantalones y lanzó los zapatos hacia algún
lugar de la habitación. Frotó su entrepierna con la de Bill, quien gimió muy fuerte
arqueándose; gracias al roce rudo de su miembro con la tela del bóxer de Tom.
Pronto necesitó algo
de oxígeno y se separó aprovechando para desnudarse por completo... luego miró
a su hermano, quiso desprenderlo de su ropa lentamente disfrutando de cada
centímetro de piel que dejara al aire.
Lamió sus dedos y
comenzó a dilatarlo en cuanto lo encontró, metiendo uno, dos y luego tres
dedos, moviéndolos en círculos, y escuchando a Bill gimotear, revolviéndose
desesperado por más penetración.
—Tom... más, más... —ahora Bill se estaba apoyando en sus
antebrazos y Tom sobre él preparándole.
—Ya quiero metértela joder... espera un poco más. —penetró con fuerza los tres dedos y Bill cayó sobre la cama
retorciéndose con gusto.
—Ahora... ahora…—dijo con voz entrecortada.
Bill estaba tan
cálido allí dentro, quería seguir tocándolo, amaba tocarlo de esa forma.
Tom se agarró de la
cabecera, Bill estaba sudando mucho, subió la pierna del menor hacia su hombro
penetrándolo más profundo.
—Ah, Tom…—Bill se arqueó cuando el de trenzas
empezó a moverse.
Su rostro era un
poema, un jodidamente hermoso poema, su boca abierta tragando bocanadas de
aire, agitado, con las mejillas carmesí, totalmente tentadoras... las gotitas
de sudor cayendo por su mentón... Comenzó a embestir más rápido oyendo los
quejidos de Bill, los “más, más” que a cada minuto gritaba a los cuatro vientos
con una sensual voz que... a cualquiera dejaría con ganas.
. –Auch...—vio como acentuaba su ceño fruncido con algo de dolor.
—¿Duele?
—S-sigue... Oh mierda. no importa… —eso había sorprendido
a Tom que no tardó en volver a embestir, moviendo sus caderas hasta chocar con
el trasero de Bill a cada segundo. —Ah, ah…
—Te amo Billy.
—Te amo Tommy.
Se besaron con
necesidad de sentirse…
—Te ves... precioso.-
murmuró Tom, acariciando sus muslos. Bill ronroneó cuando Tom lo besó. Tom
salió de dentro de Bill.
Sintiendo varios dedos
jugando en su entrada, Bill mordió su labio moviendo sus caderas, buscando mas
contacto.
Hasta que cogió el
miembro de Tom clavándoselo el mismo poco a poco.
—Tom... Dios, se siente tan grande... —pronto las manos de
Tom acariciaban los costados de Bill, bajo esa gruesa tela. Encontraron soporte
y al fin, Bill se encontró saltando sobre Tom, penetrándose él solo, pues el
mayor sólo lo observaba con una sonrisa de satisfacción.
—Me encantas... —sentía su vientre contraerse. Sus mejillas
ardían y se incineraban en placer.
Estuvieron largo
tiempo entre gemidos y palabras de amor,
diciendo se cuanto se amaban hasta que el tan esperado orgasmo llegó y los dos
se corrieron al mismo tiempo, Bill en la mano de Tom y Tom dentro de Bill,
dejándole su semilla dentro.
¿Quién iba pensar que
solo una noche marcaría el rumbo de sus vidas?
Cansados de amarse,
cayeron dormidos, abrazados el uno al otro con sus cuerpos desnudos,
olvidándose del mundo.
Afuera de la casa,
una Simone muy contenta por su cita regresaba a su casa, abrió la puerta y
subió, pasó por el cuarto de Tom y vio que este estaba abierto con las luces
apagadas pero Tom no estaba dentro, “seguro
estará con Bill platicando” pensó ella, aunque ya era algo tarde para eso,
decidió ir a el cuarto de Bill para avisarles que ya había llegado y contarles
la noche tan mágica que tuvo.
Llegó al cuarto de
Bill y giró lentamente la puerta asomando la cabeza, en ese instante se sintió
desfallecer, y es que sus hijos, sus gemelitos, dormían plácidamente abrazados
y desnudos y todo lo que pasaba por la mente de Simone era ¡¿qué hicieron?! ¡son
hermanos! ¡es pecado! ¡¿qué hice yo para que me paguen con esto?!
Entonces decidida
entró al cuarto de Bill.
No la dejes ahí, no por favor, sube los siguiente, yo lo leí, pero me ha entrado unas ganas de leerlo, es unos de mis favoritos<3
ResponderEliminarPor favor ;-;
¡Hola! En verdad perdón por no contestarte antes, prometo subir los dos capítulos que faltan este fin de semana. Gracias por leer. :)
EliminarBesos.