sábado, 23 de marzo de 2013

Mundos Alternos


¡Hi Biersack lovers! bien, aquí les traigo un nuevo capitulo, sé que tengo DEMASIADO abandonado este fic, pero lo estoy retomando de nuevo, así que pronto tendrán nuevo capitulo. Gracias por leer.  

CAPITULO 9




Era un nuevo día. Bill se despertó cuando unos rayos de sol le iluminaron la cara, terminando con su plácida siesta. Se sentó en la cama y se talló los ojos, tratando de averiguar si en verdad era novio de Andrew o sólo había dormido por mucho tiempo y era todo un sueño.
Su celular comenzó a sonar de pronto y lo tomó de la mesita de noche sobre la que se encontraba.

“Buenos días precioso, espero y no estés refriado. Te veo en el estudio. Te quiere mucho este pijo de mierda. Besos.”

No, no había sido un sueño. Era real y Andy era su sexy novio.

Una sonrisa apareció en su rostro, tenerlo a él a su lado lo hacía sentir muy bien, más fuerte y seguro de sí mismo. Nunca se habría imaginado que las cosas pasarían tan rápido entre ellos,  el día anterior a esas mismas horas ambos se “odiaban” a muerte, o mejor dicho, ninguno de los dos había admitido sus sentimientos hacía el otro.

Se levantó y se dio una rápida ducha, no se le hacía tarde, pero quería arreglarse y verse lo más lindo que pudiera para Andrew.

Salió de la ducha y se vistió poniéndose unos pantalones negros entubados y una playera en color rojo con el logotipo de Metallica. Se planchó el cabello negro y le dio algo de volumen con un peine, después se maquilló como siempre solía hacerlo con sombras negras sobre los ojos y algo de gloss transparente en los labios.     

Fue hasta la cocina y se preparó huevos revueltos y un café negro, los cuáles se comió con mucho entusiasmo ya que desde medio día del día anterior no se había llevado nada al estómago. Con el éxtasis del momento ante la declaración de Andy, hasta de comer se había olvidado y ahora su cuerpo se recuperaba con ganas.

Terminó de desayunar y fue a su habitación de nuevo, vio la hora en su celular y ahora sí que se le hacía tarde, pero la persona jodidamente sangrona que le podía reclamar su impuntualidad ahora era su novio, así que no había mucho de qué preocuparse, pero tampoco sería un irresponsable, así que tomo rápidamente su chaqueta, su celular y salió corriendo del departamento.

Iba ensimismado en sus pensamientos y con la cabeza baja, acomodándose mejor la playera sobre su delgado cuerpo, ya que al ponerse la chaqueta de cuero se le había desacomodado un poco. El aire era muy frío y hacía que su nariz se pusiera roja.

—Vaya, pensé que nunca saldrías —escuchó esa voz que le ponía los vellos de punta y el corazón a bombear más rápido  de lo normal. Levantó la mirada y una sonrisa iluminó su rostro. Era él. Estaba recargado con los brazos cruzados frente a su pecho sobre su flamante ferrari rojo.

— ¿Qué haces tú aquí? Pensé que te vería en el estudio —preguntó Bill muy sonriente y apresuró el paso para acercarse a  donde estaba el ojiazul.

—Sí, no agradezcas, es un gusto venir a recogerte —habló sarcástico con la sonrisa de lado. Bill llegó frente suyo y Andy lo recibió entre sus brazos, rodeándolo de la cintura y atrayéndolo hacia él.

—Gracias por venir —dijo el pelinegro dándole un rápido beso de piquito—. Solamente quise decir que no me lo esperaba, como dijiste que nos veríamos en el estudio y eso.

—Iba a ser así, pero de pronto me entraron ganas de venir hasta acá por mi bello pelinegro testarudo, y bueno, aquí estoy —sus labios se unieron de nuevo, esta vez en un beso más largo. Después de unos gloriosos minutos se separaron.

Bill cayó en cuenta de que esos lugares no eran los más adecuados para alguien como Andy, mucho menos exhibiéndose en ese llamativo automóvil. 

—¿No es algo peligroso traer tu auto a estos lugares de la ciudad? —preguntó preocupado.

El lugar donde vivía Bill no era tan malo, pero sí que había una o dos pandillas de vándalos que vigilaban en busca de nuevas víctimas. Por suerte, Bill no tenía nada valioso y al parecer los tipos de las pandillas se habían dado cuenta, ya que nunca se habían metido con él. No sabía si no lo habían hecho exactamente por eso o porque eran conocidos de Tom. Tal vez hasta el mismo Tom les había pedido que cuidaran de él. El chico de rastas siempre lo protegía de todo y todos, aunque no lo necesitara.

—Sí, tal vez, pero no pude evitar desviarme de camino al estudio para acá, así que simplemente no pensé en eso hasta ahora que lo mencionas.

—Irresponsable. —gruñó Bill. 

—Desagradecido —contraatacó Andrew.

Bill rodó los ojos, ambos parecían niños peleando.

—Vale, da igual, solo no vuelvas a venir por estos lares en esta cosa —dijo tocando la lamina del techo del auto.

—¿Cosa? —preguntó fingiéndose ofendido, en el acto hizo un lindo puchero que a Bill le dio risa.

—Amas mucho a tu auto… ¿no? —comentó, Andy  miraba expectante la pícara sonrisa del pelinegro.

—Mucho —afirmó a la vez con la cabeza.

—¿Más que a mí? —Bill alzó su ceja derecha demandando una respuesta.

—Mmm… —el ojiazul hizo como que pensaba la respuesta, solo para molestar a su testarudo novio.

—¡Hey! ¡Deja de pensarlo, idiota! —Bill le golpeó el pecho levemente con la mano izquierda— ¿Acaso quieres más a este pedazo lujoso, brillante y caro de hojalata? —ambos chicos sonrieron ante las palabras dichas por el pelinegro en su vago intento de ofender al lujoso ferrari.

—¡Obvio que te quiero más a ti, niñato tonto!  —le aclaró Andrew sólo por si su contrario lo dudaba. Y era cierto, increíblemente cierto.

Andy era levemente más alto que Bill y alzó su cara con su mano derecha para juntar sus labios con los de él.

—Sabia la respuesta —sonrió Bill con autosuficiencia después del beso.

—Aunque ya sabes, este auto es tan ¡WOW!

—¿Intentas darme celos con un auto? —preguntó divertido. 

—No es cualquier auto… —el ojiazul miró de reojo a su auto y dio un corto suspiro fingido.

—Cállate, Andrew… —lo cortó tajante el pelinegro y después besó de nuevo a su novio. Dentro del beso ambos sonrieron, era claro que esa era su primera estúpida pelea sin sentido como pareja. Luego de eso subieron al auto y emprendieron camino directo al estudio.

Llegaron a las oficinas del edificio e iban tomados de la mano, lo que provocaba miradas curiosas y cuchicheos entre los presentes, pero era obvio que nadie se atrevería a decir nada del hijo del dueño, la persona por la cual tenían dinero para comer.

—Pensarán que tu padre me dio el contrato porque anduve de arrastrado contigo y no por nuestro talento —dijo Bill con un deje de angustia en la mirada.

—Tú, mi padre, la banda y yo sabemos que no es cierto —le dedicó una cálida sonrisa— y eso es en realidad todo lo que importa —le guiñó el ojo derecho— ¡Que se joda el puto mundo! —gritó un poco alto para que todos los presentes escucharan que no les importaba los rumores que dijeran. Bill comenzó a reír con ganas.

—¡Estás loco!

—Por ti… —le susurró acercándose a su oído y dando una rápida lamida que estremeció a su contrario, haciendo que sus mejillas se tintaran rojas.

Subieron al elevador y en menos de dos minutos ya estaban en el último piso del edificio, justo frente a la 
oficina de Steven.

—¡Yo no quiero entrar ahí! ¡Tu padre nos va a castrar a ambos! —dijo Bill dramáticamente.

—Tranquilo Bill, él lo entenderá —trató de tranquilizarlo, lo que funcionó un poco ya que el semblante del pelinegro se relajó un poco.

— ¿Tú lo crees así? ¿Crees que entienda nuestra relación?

—Sí, y si no existe el sexo oral, no afectara mucho que nos mande a castrar —comentó divertido, a lo que  Bill le pegó un manotazo en la espalda y luego lo besó; le encantaba su extraña forma de intentar tranquilizarlo.

 —¡Vete al infierno, Andrew! —dijo Bill deshaciendo el beso.

—Solo si te vas conmigo, Kaulitz —ambos rieron ante lo dicho, y una vez armados de valor, se dispusieron a entrar.

Cuando entraron, vieron a Steven sentado detrás de su gran escritorio revisando unos archivos que tenía sobre él. Bill no podía creer qué le dirían, pero tenían que hacerlo. El pelinegro no se imaginaba que secretamente Steven lo quería como novio para su hijo, pero, ¿quién creería que un rockstar internacional como él querría que su hijo tuviera un novio en vez de novia?

Y no es que ese fuera el caso, de que Steven quisiera que su hijo fuera homosexual, lo único que quería era alguien con quién Andy pudiera intentar ser cada vez mejor persona, alguien a quién amar y por quién preocuparse, que lo compenetrara y lo hiciera pensar mejor las cosas antes de hacerlas. Bill podía ser la salvación de su querido hijo.

La vida de un rockstar como él era muy ajetreada, por lo cual se había perdido casi toda la infancia de Andrew y parte de su adolescencia, pero ese era el trabajo de sus sueños al fin y al cabo. Quería creer que Andy entendía que lo había hecho por ambos, y que gracias a su trabajo él podía gozar de todos los lujos que tenía.

Levantó la vista de las hojas que tenía entre sus manos y vio cómo avanzaban hacia él los dos chicos. Bill se veía nervioso y más pálido de lo normal y se imaginó por qué.

—¡Hola chicos! Los estaba esperando… —habló Steven muy sonriente desde su escritorio. —Bueno, a ti en realidad no Andy, pensé que estarías con tus amigos o algo.

—Pero aquí me tienes.

—¿Y a qué se debe si puedo saber? —dijo cruzándose de brazos—. Si es porque quieres alguna de tus inservibles excentricidades, desde ahorita te digo que no. —ambos chicos comenzaron a reír, logrando que Bill tomara un poco de su color normal.

—No, no es por eso —dijo tomando asiento en la silla que estaba frente a su padre. Bill hizo lo mismo—. Es por otra cosa, algo que Bill y yo te tenemos que decir.

Bill casi se puso morado, no quería ni respirar.

—No me digan que atropellaron a alguien —sugirió Steven, sólo para hacerlos sufrir más ya que él sabía lo que le querían decir.

—No es eso tampoco —habló Bill por fin—. Es… es… —volteó a ver a Andy, no quería ser él el que le informara a su jefe de su relación con su hijo. Podía jurar que ahí se acababa su carrera como artista.

—Bill y yo estamos saliendo —dijo Andrew rápidamente con tono decidido, su padre no podía reaccionar tan mal, él de verdad quería al pelinegro y su papá debía aceptarlo—. Yo lo quiero, papá y quiero estar con él.

Steven no decía nada, se mantenía inexpresivo en su lugar y Bill sentía que iba a desmayarse ahí mismo en cualquier momento de los nervios.

—Yo… —empezó a balbucear el pelinegro.

—¡Aleluya! ¡Pensé que nunca se darían cuenta de lo que sienten el uno por el otro! —dijo al fin Steven con una enorme sonrisa dibujada en el rostro.

— ¿Qué? ¿No me va a sacar a patadas? ¿Insultar? ¿Algo? —preguntó el pelinegro rápidamente, no podía creer que el gran rockero aceptara esa relación tan fácilmente. Andy empezó a reír por la loquísima imaginación del pelinegro y Steven lo siguió.

—Simplemente no veo por qué habría de hacerlo, muchacho. Si mi hijo te quiere, entonces yo también te quiero para él.

—Gracias, papá —dijo el ojiazul, levantándose de la silla y caminando hacia su padre—. En verdad eres el mejor —y lo abrazó.

Steven supo que lo que estaba haciendo era lo correcto, no lo dudaba ni un poco. Él solo quería lo mejor para su único hijo, y eso significaba apoyarlo en todo, aún si los medios de comunicación lo criticaban por tal acto.

Cuando  Andy rompió el abrazo que mantenía con su padre, Bill creyó que lo más adecuado era solo decirle gracias, ya que además de que era el padre de su novio, también era su jefe y no lo podía andar abrazando como si nada, ni aunque se sintiera tan extasiado de felicidad.

—Gracias por aceptar que estemos juntos, señor — le agradeció Bill muy sonriente, todo lo que estaba viviendo era irreal.

—¡Nada de “gracias señor”, ven acá! — se levantó de su asiento y le extendió los brazos para abrazarlo. Bill dudoso y algo cohibido se acercó a él y  le correspondió, se sentía muy feliz de que por fin las cosas estuvieran yendo bien. Bill miró por detrás del rockstar y vio como Andy —que estaba detrás de Steven— le guiñaba el ojo derecho, y éste se sonrojó instantáneamente.

—¡Wow! ¡Definitivamente usted es la persona más genial del planeta tierra! —dijo cuando deshicieron el abrazo.

—Sí, bueno, eso es verdad —confirmó altivamente, ahora veía de dónde venía el carácter de Andrew. Hijo de tigre, pintito.

—Vale, ahora que la bomba ya explotó y no causó daños, ¿a qué hora comenzaremos a grabar la voz de Bill? —cuestionó el ojiazul, mientras todos se sentaban de nuevo en los lugares en los que anteriormente habían estado.

—De hecho, creo que hoy no haremos eso —Bill lo miró confuso y se explicó—. Sí, es que también cité a los demás chicos, a Georg, Gustav y Tom para ver qué arreglos le podíamos hacer a las canciones que ya tienen.

 A Andy no le pareció la idea de que Tom también iría. Saber que estaba tras su Bill lo sofocaba y le disgustaba a sobremanera. Bill y Steven se dieron cuenta de la mueca de disgusto que hizo el ojiazul, pero nadie dijo nada.

—¡Genial, vienen todos! —se quejó.

—No es necesario que estés presente Andrew, te puedes ir a hacer otras cosas, te aseguro que Bill va a estar bien. —le dijo el mayor de los Tyler muy serio.

Una cosa era que Bill fuera su novio y otra cosa era el trabajo. Además sabía que el pelinegro no haría nada indebido y Andy tenía que empezar a confiar en él, sino su relación terminaría más rápido de lo que había comenzado.

—Tu papá tiene razón, nos podemos ver más tarde —sugirió actuando tranquilo, aunque por dentro no lo estaba. Sabía que Andrew no tragaba al trenzado por él, porque creía que entre ellos dos podía llegar a haber algo más que una simple amistad. El ojiazul miraba a su novio seriamente.

Tenía dos opciones, irse a cualquier lugar a sentirse jodidamente celoso y miserable durante unas cuantas horas o quedarse ahí, estar cerca de su novio y de paso fastidiar al gilipollas de Trümper. Una sonrisita malévola apareció en su rostro y los otros dos presentes ya sabían cuál sería su decisión.

Andrew no pensaba dejarlo con ese tipo, él tenía que estar ahí para asegurarse de que Tom viera que Bill ahora era su novio.

—No, me quedaré, como tú dijiste papá. Necesito aprender más sobre el negocio musical para poder manejar la empresa en un futuro —dijo sonriente, sabía que al final se saldría con la suya como siempre.




7 comentarios:

  1. Aww el papi des tortolito Andy es tan lindo lo amo igual que a los dos tortolitos :3

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  2. .-. se publico todo mal mi comentario era: el papi de Andy es tan lindo, igual que los dos tortolitos. jajaja Lindo capi

    Saludos ^^

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    1. Pude notar que se publicó mal, que bueno que lo aclaraste porque en el primero no había entendido nada si te soy sincera. xDDDD
      Y sí, Steven es un AMOOOOR, ¿cuantas no quisiéramos un papá así? *-*
      Gracias por leer y comentar, saludos. :)<3

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  3. Respuestas
    1. ¡Hola!
      Trataré de actualizar nuevo capitulo de este fic la semana que entra, lo prometo. :)
      Gracias por leer.

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  4. Hola !! Me encanto el capitulo fue genial , Andy es un celoso pero todo un amor ! Quiero mas para cuando nuevo capitulo ? Vamos lo espero con muchas ansias
    chao Besos !! C:

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    1. Hola, este fin de semana subiré el siguiente capitulo de este fic. Gracias por leer y perdón por contestarte hasta ahora. :/
      Besos. :)

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