jueves, 11 de octubre de 2012

Mundos Alternos

CAPITULO 4


Nos encontrábamos en el parque, uno sentado al lado del otro en el pasto, cada uno con un helado en nuestras manos, el de Bill era de limón y el mío de choco chispas, mi favorito.
Eran aproximadamente las 4 de la tarde, a esta hora probablemente estaría en casa de alguno de mis amigos planeando la próxima salida, pero no, en vez de eso estoy aquí sentado en un parque con él.  Teníamos una plática tan trivial y amena que nadie que nos viera imaginaría como nos llevábamos antes de la “reconciliación” de esta mañana, no puedo evitar pensar en que esa palabra suena muy extraña refiriéndose a él y a mí, ¿reconciliación? ¡Ni que fuera mi novio!

Y… ¿Tienes novia? — preguntó Bill, yo le miré levantando una ceja ¿a qué venía esta pregunta? —es solo curiosidad, ya sabes, no te sientas un adonis…

—No, no tengo, la verdad creo en el amor de una noche. —le conteste sincero, o había nacido enamorado, o en verdad nunca lo había estado ya que mis novias no me duraban ni una semana, era una tras otra cada noche que salía de fiesta. No es que no creyera en el amor, simplemente así era y no había nadie que me pudiera cambiar.

—Bien, tu turno de preguntar. —dijo Bill sacándome de mis pensamientos, me miraba sonrientemente, su sonrisa era simplemente hermosa, al igual que él. Estábamos jugando a ese juego en el que preguntas lo que sea y esa persona te tiene que responder, es algo estúpido e infantil, lo sé, pero era entretenido y la estábamos pasando bien.  

—Ok, ¿Cuál es tu banda favorita? —le pregunté, no tardo ni un segundo cuando ya me estaba contestando.

—Guns & Roses, por supuesto, ellos son los mejores.

 Ahora sabía que él era fan de Guns & Roses, amaba dormir, su cabello natural era rubio y no negro, ahora era así porque él se  lo había teñido a los 13 años, vivía solo en un departamento que rentaba y que su helado favorito era el de limón.

Lo miré, se estaba comiendo ese helado con tanto gusto, lo sostenía entre sus manos como si fuera el objeto más valioso del mundo, yo odio el helado de limón, es tan ácido, la verdad es que no entiendo por qué le gusta tanto, pero en fin, eso es irrelevante. Fruncí  el seño y volteo a verme, vio como lo veía y sonrió.

— ¿Qué? ¿Acaso nunca habías visto a un chico comiendo un helado? —pregunto, yo solo negué repetidas veces con mi cabeza.

—Sí, pero no un helado tan asqueroso como el de limón. —al decir esto abrió y se llevo una mano a la boca como si estuviera indignado, parecía una señora de sociedad a la que le acaban de contar el último chisme de la elite. Reí ante ese gesto, no podía negar que estar con él era divertido.

— ¿Cómo osas a ofender al helado del limón de esa manera? ¡Ahora mismo retráctate de tus palabras Tyler! —dijo apuntándome con su dedo índice, moviéndolo como si me estuviera amenazando de muerte ¡Já!

— ¿Y si no lo hago qué? —le rete, amaba hacer eso.

—Como quieras, solo te advierto que él Dios del helado de limón lanzará toda su furia contra ti a través de mí. —habló elevando los hombros mientras hablaba, a manera de restarle importancia al asunto.

—Entonces no me disculparé —le di una lamida a mi helado, casi no le había comido nada ya que me la había pasado viendo a Bill— dile a tu Dios del helado de limón que le pueden dar por culo, el Dios del helado de choco chispas le podría patear el culo cuando fuese.

—Espero que sepas que morirás por despotricar tanta mierda junta en tan poco tiempo Andrew. —me miro serio y yo hice lo mismo, nos mirábamos directamente a los ojos, tenía unos lindos ojos color chocolate que me encantaban y me dejaban sin habla. Después de unos segundos una sonrisa traviesa y perversa se formo en sus labios, su mirada era juguetona, como si se estuviera tramando algo contra de mí, parecía un loco.

— ¿Por qué me miras así? — le pregunté, pero para entonces ya era tarde.

Se lanzó contra mí con el helado en la mano y me embarró con él en la cara.

— ¡Hey hey hey! ¿Qué haces? No me em… —mis palabras fueron calladas cuando me embarró lo último que quedaba en el cono en la boca.

—Eso pasa cuando retas al gran Dios del helado de limón. —dijo mientras reía divertido, tenía la cara llena de ese asqueroso helado y estaba pegajoso… ¡Mierda!

Era hora de cobrar venganza, y al parecer se dio cuenta de mis malas intenciones.

—No te atrevas… —dijo mirandome con los ojos muy abiertos, yo solo sonreí maléficamente y justo antes de que pudiera estrellarle mi helado en la cara salió corriendo como alma que lleva el diablo. A no, de esta no te escapas Billy.

Me levante rápidamente de donde el pasto y comencé a correr atrás de él, en verdad que era rápido, era una suerte que yo también lo fuera. Corríamos en círculos, de seguro parecíamos retrasados.

— ¡Ven acá Bill! ¡Tú empezaste y me la debes! —corríamos de un lado a otro, las pocas personas que pasaban en ese momento por el parque nos miraban divertidas, pero mi mundo era Bill y mi único objetivo, atraparlo.

— ¿Yo? ¡Fuiste tú quien ofendió al helado de limón! —me detuve y el también lo hizo, ambos nos encontrábamos cansados de correr de aquí para allá, de repente vi que la agujeta de sus botas estaba desamarrada… ¡genial! Esta era mi oportunidad.

—Bill, tu agujeta esta desamarrada. —miro sus pies y vio lo que le decía.

—Oh, gracias pijo… —dijo y se agacho a amarrarla, ¡oh Bill!, a veces puedes ser tan ingenuo…

Aproveche la oportunidad y corrí lo más rápido que pude para atraparlo, al notar que había empezado a correr, él también quiso hacerlo, pero en vez de correr lo único que logro fue que yo me impactará fuertemente contra él y ambos cayéramos al pasto, yo encima de él.

Entonces todo se detuvo, era como si el mundo de repente fuera un lugar perfecto al estar así de cerca de él, sus labios rozando los míos y sus penetrantes ojos  mirandome, podía sentir como su corazón latía agitado al igual que el mío, no sabía sí era porque habíamos corrido tanto o por la adrenalina del momento, el sentirlo tan cerca… tal vez fueran ambas cosas.

Sin pensarlo lleve una mano a sus mejilla y la acaricie, el solo me miraba y se dejaba hacer ¿pero qué mierda estoy haciendo? ¡Yo no soy marica! ¿Lo soy? ¿He vivido toda mi vida engañado? Nunca había sentido esto por algún otro chico, es más, pensaba que era un asco que un chico se besará con otro y esas cosas. Ahora ya no sabía ni que pensar, así que solo deje de hacerlo y me deje llevar por el momento.

Sí, ero haría, basta de darle vueltas a tu cabeza, ya luego tendrás tiempo de arrepentirte de tus actos Andy.

Lo besé… Al principio pensé que me rechazaría, me gritaría de cosas y se iría dejándome ahí como un estúpido. Aunque no movía sus labios correspondiéndome el beso, al menos no me apartaba.

De repente sus labios comenzaron a moverse al compás de los míos, me estaba correspondiendo el beso, mi corazón latía con más fuerza que antes. Nos besamos unos segundos más hasta que su celular comenzó a sonar y nos separamos.

Me paré de encima de él y me senté a su lado, el hizo lo mismo y miro la pantalla de su teléfono.

— ¿Sí? ¿Pasa algo Tom? —contesto, fruncí el seño al saber quién le había hablado y nos había interrumpido, aunque supongo que eso había sido lo mejor.

En verdad esperaba que nadie conocido pasara y me reconociera, esperaba que ningún paparazi hijo de puta anduviera por ahí, ¿Qué dirían las noticias? “¡ANDREW TYLER ES MARICA!” ¡Eso sería un completo desastre!

—Sí, estoy en el parque, ya voy para el departamento, espérame ahí —hablaba Bill rápidamente, yo solo miré hacia otro lado, me sentía enfermo al saber que Tom estaba en el departamento de Bill esperándolo ¿quién se creía que era? —luego te explico, chao. —y corto la llamada.

Nos quedamos en silencio, ninguno de los dos decía nada, pero era lógico que él que tenía que pedir perdón era yo.

—Lo siento, —dije volteando hacía otro lado al hacerlo. —no sé porque lo hice, yo no soy gay ni nada de eso.

—Sí, no te preocupes pijo… —me contesto, pude notar como su voz era algo débil, como si estuviera triste, así que volteé a verlo. —Solo hay que olvidarlo. — y me sonrió, yo asentí, pero la verdad era que no quería olvidar ese beso, ya que aunque me odiará por pensar así, había sido maravilloso y había sentido millones de cosas.


—Bueno, creo que te tienes que ir —hablé después de otros cuantos segundos de incomodo silencio. —Vamos, te llevó a tu casa. —dije una vez que estuve de pie y le tendí la mano para que se levantará.

—No gracias, prefiero caminar. —dijo levantándose por su propia cuenta, dejándome con la mano en el aire.

— ¿estás seguro? —le insistí.

—Sí, no te preocupes, aparte necesito ir a otra parte así que… —yo solo asentí, no quería mirarlo a los ojos y al parecer él tampoco quería hacerlo.

—Bien, entonces nos vemos luego. —le dije, y en vez de comenzar a caminar, fue el quién lo hizo dejándome ahí parado. Yo me quedé ahí un rato más viendo como se alejaba, tenía que reprimir todos estos sentimientos y olvidar ese beso. Sentir esto por un chico no era sano, así que me negaba a sentir.

Odiaba tenerle cerca y que mi corazón comenzará a latir como loco, pero cuando se fue del parque me di cuenta que más odiaba su ausencia.

¿Qué mierda pasa contigo Andrew?

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