jueves, 11 de octubre de 2012

Mundos Alternos

CAPITULO 3




La cabeza le dolía a sobremanera, las ventanas de su habitación parecían dar de vueltas y los ojos le ardían como si le hubiesen echado un pote entero de picante ¿Qué tanta mierda se había metido la noche anterior? No sabía, y tampoco quería saberlo.  

Por lo regular nunca recordaba lo que hacía o decía cuando se emborrachaba, y esta vez no era la excepción. 

Se sentó en su cama y tallo sus ojos, tratando de quitar esa sensación de ardor que no desaparecía; sentía los ojos pesados y las pestañas echas un caos debido a que la noche anterior no se había quitado el maquillaje. Miro a ambos lados de su habitación tratando de ubicarse y se percato de que estaba en su casa, se preguntaba como mierda había podido llegar en el estado en que se encontraba la noche anterior, era un gran misterio. 

Se levanto hacia el baño de su habitación, tanto líquido contenido tenía que salir de algún modo. Luego de atender sus necesidades fisiológicas fue hacia el lavabo y se miro al espejo, estaba hecho un desastre; su maquillaje estaba corrido sin forma alguna sobre su cara,  los ojos los tenía rojos tenía mal semblante. 

“Da asco solo verte” —Bill vino a su mente de repente, y así como vino se volvió a esfumar. De pronto comenzó a hacer memoria, quería recordar que había pasado la noche anterior, era necesario. 

Se echo agua en la cara para despejarse y al parecer eso daba resultado, a su mente venían las escenas de lo que suponía había sido la noche anterior en ese club. Recordó como estaba bebiendo de esa botella de whiskey como si de agua bendita se tratase, como se había dejado toquetear por esa chica a la que apenas conocía y no sabía ni siquiera su nombre ¿para qué? No lo veía necesario, era solo otra del montón y nada más. 

Y de repente lo recordó a él, y a cada una de las palabras que le había dicho, a cada gesto despectivo que Bill le había dedicado, y le volvió a doler el pecho aunque sabía que se lo tenía merecido.

De alguna extraña manera no quería que Bill lo odiara, y estaba seguro que después de haberle dicho todo ese montón de tonterías, lo hacía, y con justa razón. 

Él no odiaba a él pelinegro, solo que su carácter lo sacaba de sus casillas, eran tan iguales… nunca espero que Bill actuará de la misma manera que él, mirándole como si fuera poca cosa la primera vez que le vio, no dejándose de cada insulto que este le hacía. Se suponía que las personas se doblegaban ante él por ser hijo de quién era, por ser simplemente Andrew Tyler, y Bill no lo había hecho.   Eran como mundos alternos, mundos tan distintos y al mismo tiempo tan iguales. 

Se recargo sobre el lavabo y se miro al espejo observando como el maquillaje se escurría en su cara debido al agua, parecía una mala copia del famoso “guasón”… Bill tenía razón, era patético.  

Y ahora tenía que disculparse de haber sido tan idiota el día anterior, la idea no le hacía nada de gracia, ya que no estaba acostumbrado a disculparse con nadie,  pero tenía que hacerlo ya que ahora que lo pensaba, el pelinegro nunca le había hecho nada, solo se defendía de sus ataques como era lo justo.  

Le mostraría que no era un chico pijo, como Bill lo llamaba. Solo esperaba y aceptara sus disculpas. 

Decidió tomar una ducha para refrescarse y quitarse ese olor a tabaco, alcohol y sudor que traía, apestaba y no iría a disculparse con Bill así de sucio. Una vez que salió de la ducha se puso una camisa negra sin mangas, unos jeans ajustados y para darle un toque de su personalidad se amarro una pashmina amarrada al cuello y un pañuelo negro en la cabeza. Se maquillo solo un poco, se miro al espejo, al menos ya no se veía tan patético, esperaba y Bill también pensara eso. 

De repente escucho como alguien tocaba insistentemente la puerta de su habitación. 

—Andrew ¿irás conmigo al estudio  o te quedarás en casa? —gritaron del otro lado, era su padre. 

Era su oportunidad, seguro que Bill iría para ver los asuntos del contrato y esas cosas, sino lo hacía ahora, se arrepentiría luego y ya bastante le estaba costando tomar esta decisión que iba contra su alter ego. Lo mejor era asegurarse de que Bill iría al estudio. 

Corrió hacia su puerta y la abrió, dejando a Steven impactado, por lo general su hijo contestaba con un simple “No iré, quiero dormir”, después de salir de fiesta con sus amigos.

—Y… hmmm —se aclaro un poco la garganta, moría de vergüenza por preguntar eso, pero lo haría de todos modos— la nueva banda, esa… la del chico molesto —Andrew rodó los ojos, Steven lo miraba con una sonrisa picara en los labios, sabía lo que su hijo quería preguntar, o más bien, por quien quería preguntar, y al verlo tan sonrojado y apenado le causaba una gracia y ternura infinita— ¿irán al estudio? 

— ¿Qué banda? —el rockstar decidió que se haría el tonto un rato, no era muy casual ver a su único hijo tan apenado, así que disfrutaría del momento. 

— ¡Aghh! Ya sabes, la… la del chico ese con complejos de diva. —miro a su padre y luego miro al piso, observándolo como si fuera la cosa más genial sobre el mundo, quería que su padre no notará que tenía interés en saber sobre Bill, pero Steven no era tonto.  Había notado el interés de su hijo en el pelinegro desde que le vio. Y tenía la corazonada de que Bill también había sentido lo mismo por su amado hijo, lástima que ambos fueran tan cabezas duras. 

— ¡Ah ya! La del tal… ¿Beto? ¿Bruno? ¿Cómo era que se llamaba el chico? —frunció el seño fingiendo que no recordaba el nombre del pelinegro. 


— ¡Bill! ¡Se llama Bill! —contesto rápidamente Andy sorprendiendo a su padre y así mismo de el entusiasmo con el que había pronunciado su nombre. 


¡Oh no! Pronunciar su nombre de esa manera lo había delatado aún más de lo que ya estaba, y ahora su padre le sonría burlonamente y el ojiazul solo quería que se lo tragará la tierra, se lo comiera un oso, lo secuestraran los aliens, cualquier cosa menos ver como su padre la tonta sonrisa de su padre.

— ¿Y por qué te interesa tanto saber ah? —cuestiono divertido, sería cotilla, no lo podía evitar. Andy rodó los ojos de nuevo restándole importancia al asunto, pero el leve sonrojo de sus mejillas seguía ahí. 

— ¿Qué? ¿Importarme a mí? Pfff ¿Por qué me importaría? Solo quiero saberlo para ver cómo me burlare de él esta vez. —mintió vilmente, pero no dejaría que su padre pensará que Bill le importaba, porque simplemente no lo hacía ¿o sí? 

Definitivamente con el carácter de esos dos, ser espectador de esta historia sería divertido, lo tenía seguro. Porque sí, casi podía asegurar que entre Bill y Andrew habría algo, tal vez no pronto, pero podía sentir la química entre ellos dos. Una química un tanto peligrosa y explosiva, como cuando un tornado y un volcán se encuentran.  

Steven no creyó las palabras de Andy sobre molestar a Bill, pero ya lo había molestado demasiado como para seguir haciéndolo, así que decidió contestar la pregunta que su hijo anteriormente le había hecho.  

—Sí, irá hoy para darle fechas en el estudio de grabación… —Andrew asintió mordiéndose el labio inferior. 

—Joder, no quería ver a ese mocoso, pero en fin… trabajo es trabajo, entonces iré contigo. —y al terminar de decir esto suspiro como quien no quiere la cosa. El rockstar solo negó divertido con la cabeza. 

—Bien, apúrate que en 15 minutos nos vamos. —habló Steven dando la vuelta para salir de la habitación de Andrew. —Irá solo…—dijo antes de salir por completo y la sonrisa de Andrew se ensancho más, ya que sería más fácil hablarle a Bill sin sus amigos al lado suyo, o mejor dicho sin Tom a lado suyo tratando de llamar su atención por todos los medios posibles.

—Yo, yo iré en mi auto, luego de ahí iré a otro lado. —sí, a otro lado junto con el pelinegro ya que tenía planes para ellos, o mejor dicho, los estaba inventando en ese momento. Su padre solo sintió y salió de su habitación escaleras abajo. Su hijo algo se tramaba, ya se enteraría él de todas formas.

Una vez desayunado se dirigió a la disquera de su padre, observo el gran edificio al bajar de su lujoso ferrari, de solo pensar que todo eso sería de él algún día le entraba miedo ¿y si no podía manejarlo y se iba a la quiebra el negocio por el que su padre tanto se había esforzado? No quería ni pensar eso, la verdad es que no era tan seguro de sí mismo como parecía, aunque trataba de aparentarlo.  

Entro a la disquera y subió en el elevador apretando el botón del piso número 20, en el que se encontraba la gran oficina de su padre. Llego arriba y saludo a Aní, la secretaría de su padre, era algo mayor y él la quería mucho, ya que ella prácticamente había sido como la madre que le había faltado. 

La saludo y entro a la oficina de su padre. Y de repente vio a Bill que se encontraba de espaldas a él, hablando con su padre.

— ¡Qué bien que llegas Andy! Ya casi terminamos de acomodar las fechas para grabar en el estudio. —Bill se giró y sus miradas se conectaron. Andrew le sonrió “¿Y este de que va?” pensó el pelinegro; primero lo humillaba de todas las manera posibles y ahora le sonreía como si nada. De seguro tanta droga que se metía ya le había comido la mayoría de las neuronas que dudaba alguna vez hubiera tenido. 

Se giro de nuevo para mirar a el rockstar, simplemente no le haría caso a ese pijo. Andrew se dio cuenta de eso, pero no se daría por vencido tan fácil, no, como que se llamaba Andrew Tyler. 

— ¡Hola! — dijo cuando llegó con él y se sentó en la silla que estaba a su lado, frente a él escritorio de Steven y Bill lo miró de nuevo, no se veía molesto, pero tampoco parecía que quisiera hablarle, solo se volteo de nuevo a mirar a su jefe, pasando de largo el saludo que Andy le había hecho. Su padre seguía hablando acerca de cuándo empezarían a trabajar en canciones y el ojiazul solo miraba a Bill insistentemente, como si no existiera otra cosa en el mundo. 

Eso hizo durante los próximos 10 minutos que duro la conversación de Steven con el vocalista de Tokio Hotel, Steven hablaba como si le pagaran por ello, Andrew miraba a Bill como si de un ángel se tratase y el pelinegro no se podía sentir más cohibido entre ellos dos, Andy lo ponía nervioso ya que no dejaba de mirarlo y la sonrisa que Steven les dedicaba a ambos los ponía aun más nervioso.

Bill estaba sonrojado y Andrew más que maravillado con lo que veía, se le hacía tan tierno ver a él pelinegro en ese estado.  

Le gustaba, esa era la palabra, pero no del modo que todos piensan, sino que aunque no lo admitiera un aunque lo llevaran al matadero, le gustaba su forma de ser tan única, le gustaba que Bill fuera diferente del resto, que se impusiera y no se doblegara ante él ni ante nadie y que al mismo tiempo se sonrojara solo porque le mirara.

—Bien, entonces eso es todo, nos vemos la semana que entra para comenzar a grabar—dijo Steven levantándose del escritorio para despedir a Bill. —avísale a los chicos, y pídeles que sean puntuales ya que cada minuto en el estudio cuesta.  —bromeó, era obvio que a él no le costaba ya que era de él. 

—Sí, aquí estaremos puntuales, se lo aseguro —Bill le tendió la mano a forma de despedida y se giro encaminándose hacia la puerta —hasta luego. —dijo pasando junto a Andy, ni siquiera lo había mirado al hablarle. 

Salió casi corriendo de la oficina del rockstar, como si la policía rusa lo fuera persiguiendo. Andrew lo había puesto nervioso al mirarlo y sonreírle de esa forma, algo en su pecho había saltado. Era bisexual, eso lo sabía, pero también sabía de la repulsión que Andrew les tenía a los homosexuales ya que Zack se había encargado de informarle; así que Andy no lo podía poner nervioso hasta el nivel de sonrojarlo, solo esperaba que no lo hubiera notado.  

Además Bill tenía la certeza de que el hijo del rocktstar lo odiaba, así que si lo trataba mal, él le pagaría con la misma moneda. 

Sumido en sus pensamientos como iba subió al elevador y apretó el botón que decía lobby. Las puertas comenzaron a cerrarse, pero de pronto se detuvieron y por ellas entro Andrew y de nuevo apretó el botón que los dirigía hacia el primer piso. 

—Hola de nuevo— dijo juguetón,  le sonrió. Bill lo seguía mirando serio. 

— ¿Tu de que vas? —pregunto Bill frustrado. 

— ¿Cómo? —Andy se hacía el tonto, sabía de lo que Bill le hablaba. 

—Sí, o sea, primero tratas de sacar al guitarrista de mi banda, luego me insultas diciéndome que soy poca cosa al lado tuyo y ahora vienes y me hablas como si nada ¿Qué pretendes? —soltó el pelinegro de golpe, Andy lo miraba atentamente. 

El número de la pequeña pantalla que indicaba los pisos iba descendiendo, y con esto, el tiempo para que el ojiazul se pudiera disculpar y Bill no se callaba. 

—Yo… yo solo quería… —ahora no podía hablar, nervios de mierda. 

— ¿Qué? ¿Quieres que me disculpe contigo por lo que te dije ayer? Porque si es eso te aviso que no lo haré, solo dije lo que sen…—Andy, en un rápido movimiento pulso el botón de “stop” del elevador y este se detuvo de golpe en el número 10—¿Qué mierda hiciste gilipollas? —de repente Andy empujo a Bill contra la pared del reducido elevador quedando de esta forma muy juntos, cuerpo contra cuerpo. 

—Maldición, cállate por un jodido momento y escucha lo que te voy a decir —Bill no dijo nada, se encontraba demasiado nervioso al sentir a el hijo de su jefe tan cerca suyo, así que solo se limito a asentir. —Bien, ahora que por fin te has callado pon atención que esto no suelo hacerlo diva, es más, no sé ni que mierda estoy a punto de hacer pero aquí va… —el pelinegro lo miro curioso —perdón por ser tan hijo de puta y tratarte como lo eh echo… se que yo empecé con todo al querer sacar a tu novio de tu banda y… y solo quiero disculparme, no soy tan mala persona como tú crees, tal vez tengas razón en que soy algo pijo, pero mierda, por alguna jodida y puñetera razón no quiero que pienses que soy la peor basura del mundo. —al acabar de decir esto, agacho la mirada, la cual había estado conectada a la de Bill mientras le pedía disculpas y se alejo un poco, solo lo suficiente. 

—Espera, ¿dijiste mi novio? —pregunto Bill un tanto confundido. Andy lo miro como quién no cree la cosa. 

— ¿De todo lo que dije eso fue lo único que oíste? —Bill comenzó a reír y Andy pensó que Bill sonriendo era una de las cosas más maravillosas del planeta. 

—No, lo oí todo, solo que para aclarar las dudas… Tom no es mi novio, solo es mi mejor amigo. —Entonces Andrew, sin saber el porqué se sentía tan feliz al saber que el pelinegro no era novio de Thomas, sonrío contento, sus ojos tenían cierto brillo del cual él no se podía percatar. 

— ¿Entonces me perdonas por ser tan idiota? —dijo acercándose un poco más a Bill sin darse cuenta, solo dejándose llevar por su cuerpo. 

—Claro, yo también eh sido algo estúpido contigo, así que… espero y nos podamos llevar bien. —le contesto Bill mirándolo con una sonrisa en los labios, después de todo Andrew no era tan mala persona como pensaba. 

— ¿Amigos? —Bill asintió, sus mejillas estaban algo rojas de nuevo —. Bueno, ahora que somos amigos ¿qué te parece si lo celebramos con un helado? 

—Ok, pero ni creas que te dejare que te vean conmigo cuando sea famoso —bromeó Bill, Andy solo comenzó a reír y puso en marcha de nuevo el elevador, una vez abajo se dirigieron al lujoso ferrari. 

El día había empezado mal, pero poco a poco había ido mejorando. Bill no era novio de Tom, lo había perdonado y aceptado salir con él. 
¿Acaso había perdido la jodida cabeza? En realidad estaba con ganas de estar ahí, junto a él. Si sus amigos lo vieran, pensarían que se había vuelto un marica perdido, no quería ni pensar en todas las cosas que le dirían, así que nadie tenía que enterarse de su pequeña amistad con Bill. 

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