Resumen: Esta es nuestra historia de amor,
solamente tienes que decir "sí"...
Clasificación: +5
Categoría: Slash
Advertencias: Twincest - No relacionado.
Género: Romance, Songfic.
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, lo demás es de mi autoría. No se busca ofender a nadie con esto.
Bill Kaulitz, hijo de un poderoso
diplomático homofóbico, tenía todo lo que un adolescente normal podía desear,
su vida estaba llena de lujos, tenía una gran casa y muchos amigos. Su vida era
casi perfecta, casi.
¿Por qué no era completamente
perfecta? bueno, porque su padre no lo dejaba ser feliz con la persona a la
cual él amaba, siempre importándole más el absurdo “que dirán” en vez de los
sentimientos de su único hijo, el heredero de todo el imperio que había construido
con los años a base de trabajo duro.
Se habían conocido días antes, en una
fiesta en la que todos los poderosos diplomáticos de Alemania habían asistido
junto con sus familias, no tenía mucho que se conocían, pero sentía que lo
amaba con todo su corazón, y el chico de trenzas negras, llamado Thomas, le
correspondía de la misma forma.
Ambos eran muy jóvenes, Bill solo
tenía 16 años y Tom 19, ¿pero quién dice que hay una edad específica para
enamorarse? solo los tontos apoyarían esa idea.
—No quiero que me separen de ti, no
lo permitiré —dijo Tom y dio un casto beso en los labios del pelinegro,
abrazándolo contra su pecho.
—Sálvame, ellos quieren decirme que
sentir, me quieren alejar de tu lado. —habló angustiado Bill, comenzando a
llorar, su padre le había dicho que si se seguía viendo con Tom a escondidas lo
mandaría a un internado lejos de ahí, haría todo antes de aceptar que su hijo
estaba enamorado de otro hombre.
Thomas había entrado a hurtadillas a la casa de
Bill, ya que el estricto padre del pelinegro le había prohibido verlo, esto
pintaba a Romeo y Julieta, pero en este caso, Romeo no sería tan tonto como
para perder a su Julieta, en este caso a su Bill.
Tenían que ser muy discretos, ya que
si alguien se enterara se que Tom estaba ahí, ambos estarían muertos.
—Nunca dejaría que nos hicieran eso —secó
las lagrimas que resbalaban por sus mejillas con su pulgar derecho y lo beso—
nuestro amor es complicado, pero es real. —le dijo una vez que se habían
separado.
Bill, pesé a la tristeza que sentía, le sonrió, amaba que le
dijera palabras tan bonitas. De pronto
el trenzado se separo del abrazo que mantenían, y Bill se aferro de nuevo a él.
—¿Te vas? ¡no! no me dejes.
Tenía miedo de que se fuera y nunca
volverlo a ver, su padre podía ser muy hijo de puta cuando se lo proponía,
aunque lo amaba, ya que él era el único que lo había criado ya que su madre
había muerto cuando Bill apenas era un niño, el pelinegro en cierto punto,
comprendía lo sobreprotector que podría llegar a ser su padre.
—Volveré, y seremos felices juntos,
lo prometo. —beso la mano del pelinegro a forma de promesa.
—¿Pero a donde irás?
—Tengo que arreglar unos asuntos, no
te preocupes, todo saldrá bien.
—Llévame a un lugar donde podamos
estar juntos, escapemos, no me importa —le suplico el pelinegro — tú lo eres
todo para mí.
—Billy, yo quiero hacer las cosas
bien contigo, solo espera a que regrese y lo verás. —Bill, no quería, pero
acepto, si Tom le decía que las cosas irían bien cuando regresara, le creería.
—Te estaré esperando.
—Y yo te juro que volveré. —le
contesto Tom, tomando sus labios como suyos de nuevo, en un beso dulce y
cálido.
~*~*~*~
Los días habían pasado, exactamente
una semana la cual al pelinegro se le había hecho la más largo y frustrante de
su corta vida.
Se había cansado de esperarle, y la
tristeza le hacía perder las esperanzas en Tom, pensando que nunca volvería.
De pronto escucho el sonido de un
clacson de automóvil sonar insistentemente, decidió averiguar que era, así que
se levanto de su cama y asomo su cabeza por la ventana, se puso muy feliz, era él.
—Te dije que volvería por ti —le
grito desde abajo, lucia sonriente y feliz, simplemente más hermoso que la
última vez que lo vio.
El pelinegro se preocupo, ya que de
seguro su padre estaba en su casa y correría a patadas a Thomas y a él lo
mandarían al internado más lejano del mundo ¿pero qué más daba? Tom estaba ahí,
esperando por él, disfrutaría del momento.
Bajo las escaleras corriendo y llego
a la planta baja de su casa, vio que su padre estaba ahí, pero no se detuvo.
—¡Mi amor! —se lanzó a los brazos de
Tom y esté lo recibió, comenzando a darle un beso desesperado lleno de pasión,
esos días sin Bill no le habían servido más que para reafirmar su gran amor por
él.
—Te extrañe tanto. —le dijo Tom, una
vez que se habían separado debido a la falta de aire.
—Yo igual, me sentí tan solo sin ti —le
dio un pico— pero no deberías estar
aquí, mi padre está en la casa, mandara a que te golpeen los grandulones que
tiene por seguridad.
De repente se arrodillo, yo lo miré
atónito, ¿acaso no había oído lo que acababa de decir?
Saco una pequeña cajita de su
chaqueta, la abrió y yo pensé que moriría de la emoción en ese mismo instante.
Tomo mi mano izquierda y entonces
dijo lo que tanto ansiaba escuchar.
—Bill sé que llevamos poco tiempo de
conocernos, pero que puedo jurar que mi amor por ti es infinito, no tienes por
qué sentirte solo, te amo, y eso es de todo lo que estoy seguro —sus ojos se
cristalizaron, al igual que los míos— por eso quiero pedirte que te cases
conmigo —me lleve la mano derecha a la boca, quería gritar pero me contuve —
hable con tu padre y nos apoya, esta es nuestra historia de amor, solamente
tienes que decir que sí…
—Sí, sí, sí, mil veces sí, acepto. —coloco
el anillo de compromiso en mi dedo anular, y seguido de eso nos dimos nuestro
primer beso “legal” a los ojos de mi padre, que se encontraba desde la puerta
de la casa viéndonos y sonrió.
No sabía cómo era que mi padre, con
sus ideas antiguas, había aceptado, pero
le estaba infinitamente agradecido por hacerlo, ahora me tocaba vivir mi propia
historia de amor junto a mi Tomy.
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